Una Introducción
Por Moisés López
Pocas cosas en años recientes, dentro del ámbito cristiano, han atraído tanto la atención como la cuestión del Islam. La Iglesia esta desierta y alerta. El toque de llamada a la oración musulmán ha despertado incluso a la propia Iglesia. Temor, confusión y falsos conceptos han caído sobre todos los cristianos al ver la creciente influencia islámica a través de los acontecimientos de estas últimas décadas. Otros han sido desafiados por el Islam militante en se afán de conquistar el mundo. De una manera u otra el Islam se ha convertido en un tópico corriente para la Iglesia. Este reciente interés podría llevar a un peligro. Podría conducir a que aquel sea tratado simplemente como un objeto de discusión, como tema de una charla, de un conferencista, libros de religión o relatos best-sellers sobre musulmanes convertidos. Todo esto es, claro esta, bueno, si hace avanzar la Iglesia. Por hablar y escribir solamente nada cambiara. Nos engañamos a nosotros mismos creyendo que realmente estamos haciendo algo. Pero; ¿se operó un cambio en las planes y acción de la Iglesia a la luz de esta nueva información?
Animamos a la Iglesia a continuar descubriendo en que consiste el Islam pero debe de pasarse a la acción. Tienen que producirse algunas expresiones prácticas del amor de Dios que es derramado en el corazón del creyente por medio del Espíritu Santo. Alguien ha señalado que un 97% de todo el esfuerzo y recursos cristianos va dirigido a aquellos que ya tienen el Evangelio o que están dentro de su alcance, en condiciones de escucharlo. En alguna parte de nuestra apreciación debe de haber habido un error. Entre los lectores, el Señor tocara los corazones de algún cristiano con visión que sea lleno de su amor y compasión por los perdidos. Se necesita cristianos con visión para que la Iglesia vaya a las regiones mas apartadas, para buscar nuevos caminos y mirar a través de los ojos del Maestro, observando que verdaderamente los campos están blancos listos para la siega desde hace tiempo. Esta es nuestra Oración.