Los refugiados soñaron con un paraíso en Grecia, pero encuentran más dificultades una vez que llegan. Ioannidis explica: “La gente vive a la intemperie, básicamente acampan donde pueden: en los puertos, los que logran llegar a Atenas duermen en las plazas públicas, en el Areópago”. Los refugiados se quedaron atrapados, ya sea en trámites burocráticos o porque se quedaron sin dinero.
Grecia no puede ayudar por causa de sus propios problemas económicos. Esa es la razón por la que la Iglesia intervino, según Ioannidis: “La Iglesia griega también está tratando de alcanzar a los refugiados, para proveer para sus necesidades básicas. Los recursos son muy limitados. Solo podemos ofrecer ayuda a un número limitado de personas”. Los momentos evangelísticos han dado lugar al nacimiento de 90 iglesias étnicas en Atenas.
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