La persecución es todo trato injusto sufrido por los cristianos como consecuencia de su fe. No se trata sólo de la violación del derecho a elegir su religión, sino de toda discriminación o trato vejatorio.
La persecución contra los cristianos existe alrededor de todo el mundo y una característica de la persecución es que no surge por casualidad, sino que es premeditada y organizada. Otra característica es que tiene distintos niveles, que van desde la opresión hasta la violación de los derechos fundamentales, como negar el acceso a la educación y al trabajo. A largo plazo puede desembocar en una severa persecución, para terminar tratando a los cristianos como ciudadanos de segunda clase a quienes no se les respeta ni los derechos más básicos.
Los cristianos están entre los grupos religiosos más perseguidos del mundo.
Más de 150 millones de cristianos sufren alguna discriminación o son víctimas de la violencia, ya sea a mano de miembros de otras religiones o bajo regímenes totalitarios.
Los más débiles son aquellos que no pueden hablar. Se requiere de hombres y mujeres de Dios dispuestos a levantarse y a servir en las distintas áreas: social, jurídica, humanitaria, psicológica y espiritual.
Aunque la perseverancia a menudo parece imposible, el Señor permite a los creyentes a permanecer firmes, Él actúa poderosamente a través de sus sufrimientos.