Carta de Obed Torrellas sobre viaje de Aventura con Proposito

Creo, que una experiencia inigualable se mide de diferentes maneras, las personas que conoces o te acompañan, las imágenes que te hacen recordar, pensar o soñar y ver el propósito inicial por el cual emprendiste dicha experiencia cumplirse a medida que transcurre el tiempo. Resulta casi imposible negar que a pesar de cualquier contratiempo, esta experiencia fue parte del propósito de Dios para nuestras vidas. Desde el inicio se nos había advertido que podríamos tener trabas pero estas no significaron nada una vez que entramos en la comunidad Jivi de “El Progreso” y convivimos con tan servicial y amable familia como lo son los Kuuichee.

   Apenas llegamos observamos con alegría la forma tan rápida con la que el evangelio ha inundado estas comunidades a través de los pastores misioneros colocados allí, personalmente tocó mi corazón el ver como un evangelio puro y sin modificaciones ni alteraciones innecesarias es presentado a una comunidad de llena de gente que desea absorber de todo lo que tengas para darles.

La palabra de Dios nos dice en 2da de Timoteo 3:17, que debemos estar preparados para toda buena obra, algo aplicable en nuestro diario vivir y dato imposible de ignorar en este viaje realizado, donde aun estando preparados, cada día surgía un nuevo reto, una nueva actividad y algún nuevo compartir que realizamos con todo el agrado de nuestro corazón.

A medida que pasaron los días nos volvíamos acreedores de nuevas experiencias y nuevos lazos que espero nunca pasen de nuestra mente, hasta la presente fecha agradezco a Dios por permitirme respirar un aire diferente, caminar por senderos intoxicantes de aventura, activar mi vista, mi oído y mi tacto a cosas que nunca vi, si oí ni sentí y. Poder compartir momentos de consejos y testimonios con el hermano Victor Kuuichee y su hermosa familia fue un tópico fantástico, formar parte de su congregación por unos días y poder compartir la palabra de Dios en ella no tuvo comparación.
Originalmente, nuestra dirección era adentrarnos en la comunidad de Atabapo estado Amazonas, cruzando el río Samariapo y poder desarrollar actividades de recolección de datos, que eventualmente nos servirían para realizar las ilustraciones de diferentes historias bíblicas y cartillas de alfabetización para las diferentes etnias Curripaco. A pesar de eso, creo por parte de Dios que vivimos un tiempo de bendición en el sector en el cual nos establecimos, y colectamos la suficiente información como para iniciar algunas labores de diseño e ilustración.

Además de mi persona, el resto del equipo o nuestro #Teamcurripaco estaba conformado por Ranfer Requena, Daniela Guerrero y Betsy Mendoza, los cuales fueron grandes compañeros de aventuras y unas personas que me prestaron una ayuda imposible de ignorar, de hecho, recuerdo una conversación que tuve con Daniela el primer día de viaje, de camino a Pto. Ayacucho, donde hablando del tema de misiones, discutimos sobre el amor y la pasión que rodeaba el deseo de servir a Dios en otros lugares y ayudar en la propagación de la palabra de Dios. De manera puntual y recalcada por dicha conversación, surgió en mí una idea no desconocida pero si avivada, no hay opción, no para mí, debía servir al señor con el cumplimiento de su gran comisión.

Un dato interesante, es tuvimos la oportunidad de trabajar con niños y jóvenes, donde nos dimos cuenta de la necesidad y similitudes que tienen tales con nosotros. Los niños, como siempre numerosos se mostraban activos, queriendo jugar, aprender, cantar y consumir siempre el 120% de todas nuestras fuerzas vitales, algo que personalmente encontré muy divertido. Existe la necesidad de trabajar directamente con ellos, enseñándoles una palabra inicial e instruyéndoles que crezcan en los caminos del señor. Los jóvenes cuentan con grandes sueños y aspiraciones completamente envidiables, me quedé estupefacto al compartir con ellos ideas en común. Un detalle importante es la falta de motivación por cuenta propia a dedicarse a actividades evangelísticas y de índole religioso, pero con la correcta instrucción y dirección creo firmemente que formarían una fuerza imparable.

Agradezco especialmente al hermano Victor Kuuichee, por presentarme su visión y por todo el tiempo que invirtió en nosotros, espero poder seguir acompañándolo en este largo camino que aún nos falta recorrer. A la pequeña Deborah también le estoy muy agradecido, por tener tanta paciencia conmigo y enseñarme algunas cuantas palabras importantes y relevantes en idioma Curripaco, créeme que aún me cuesta, pero aprenderé, ya me oirás. También agradezco a toda su hermosa familia por hacerme sentir en casa y hacer que no extrañara tanto la mía.

En resumen, no me queda más que invitar a todos aquellos con un llamado puntual a servir al señor, a que si involucren, se enamoren y hagan parte de sus oraciones a este proyecto y a este equipo que desea ver la llegada del señor aproximarse.


Obed Torrellas.

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