“Joven, siéntese, siéntese… usted es un entusiasta. Tal fue la famosa respuesta que su pastor le dio a Guillermo Carey cuando él tímidamente propuso que se dedicara una reunión para considerar si el mandato de Cristo dado a los apóstoles de predicar el evangelio, no obligaba igualmente a la iglesia de Inglaterra a hacer algo para evangelizar a los paganos. ¿Nos sorprenden las palabras del pastor, nos parecen insólitas, fuera de lugar? ¿De qué parte de la Biblia ese siervo de Dios habrá sacado esas conclusiones? No se necesita ir a un seminario, ni hacer un estudio muy profundo para saber . . . - Que es el deber de todos los cristianos testificar, ganar almas y evangelizar el mundo. - Que Dios NO QUIERE que nadie se pierda, sino que todos los hombres sean salvos y vengan a conocer la verdad. - Que la obra de salvación, Dios la realiza a través de quienes han sido salvados, es decir de sus hijos, sus siervos, su iglesia, a quienes usa como instrumentos. Bastaría con citar media docena de textos, ya sea del Antiguo como del Nuevo Testamento para probar cada una de estas afirmaciones. . . . . . . . . . . . Han pasado más de doscientos años desde que ocurrió la anécdota arriba mencionada, y es posible que algunos al leerla puedan esbozar una sonrisa burlona, condenando la respuesta que Carey recibió a su propuesta. Sin embargo, cabe que hagamos la siguiente reflexión: ¿Cuántos cristianos e iglesias que intelectualmente condenarían la recomendación que dio aquel siervo de Dios, en la actualidad no estarán procediendo, en la práctica, de una manera similar? Es decir, + ¿Se tiene en las iglesias alguna duda de que es el deber de todos los cristianos evangelizar TODO el mundo? – Hechos 1. 8. ¡Seguramente que no! Pero en muchas congregaciones ¿se está haciendo algo más que asistir a la iglesia a algunas reuniones cada semana para cumplir ese mandato? Buena pregunta ¿no es cierto? + ¿Ignoramos que “el corazón de Dios palpita por la salvación” de los miles de pueblos y etnias de otras culturas que nunca han escuchado el evangelio? ¡De ninguna manera! Pero ¿cuántos cristianos están seriamente comprometidos orando y ofrendando para concretar este anhelo de Dios? Algunos están haciendo “bastante”; otros “más o menos” y muchos talvez “poco y nada”. + La Biblia muestra claramente que Dios usa individuos como instrumentos para realizar sus planes y salvar las almas y que NO lo hace “sin su ayuda y sin la mía” sino todo lo contrario con la participación de ella. Usa a los creyentes como testigos, maestros, predicadores, etc. Podría hacer su obra sin nosotros, porque es Todopoderoso, pero en el ejercicio de su sabiduría, soberanía y gracia ha determinado, como por ejemplo, la salvación de Cornelio y su familia lo demuestra – Hechos 10 – que en vez de usar a los Ángeles para evangelizarlo, utilizó a Pedro, un ser humano, pecador, pero salvado y perdonado. . . . . . . . . . Pregunta: ¿Cuánto más que aquellos hermanos calvinistas del tiempo de Carey estamos haciendo como individuos y como iglesias para que misioneros salgan de nuestra congregación para alcanzar a los que nunca han oído de Cristo? “Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos” – 1 Juan 3. 18 (DHH). ¡Juntos en la Gran Comisión.!
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